9 Junio 2022
Recordando a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sus obligaciones de defender los derechos humanos, 430 organizaciones de la sociedad civil y de los pueblos indígenas de 69 países pidieron hoy al Consejo de la FAO que cancele la asociación de la agencia con CropLife International, la asociación de la industria que representa a los mayores fabricantes de plaguicidas del mundo.
A pocos días de iniciar la 170ª sesión del Consejo de la FAO, que comienza el 13 de junio, la Red de Acción sobre Plaguicidas (PAN por sus siglas en inglés) presentó a los miembros del Consejo una carta copatrocinada por otras 10 redes mundiales, y en nombre de 430 organizaciones, llamando a tomar medidas inmediatas en la sesión del Consejo. Esta demanda se basa en las preocupaciones expresadas por la sociedad civil, las organizaciones de pueblos indígenas, y en las recomendaciones hechas por el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación durante la 49ª sesión del Consejo de Derechos Humanos, a saber: “revisar el acuerdo con CropLife International con miras a las preocupaciones de derechos humanos” y “considerar la posibilidad de ordenar al Director General de la FAO que rescinda el acuerdo”.
En la carta, las 43 organizaciones expresaron su preocupación por cómo las empresas transnacionales miembros de CropLife (BASF, Bayer Crop Science, Corteva Agriscience, FMC y Syngenta) han “interferido en la política nacional y ejercen una enorme presión sobre los gobiernos que toman medidas para proteger a las personas y el medio ambiente de los daños de los plaguicidas”.
En octubre de 2020, la FAO firmó una Carta de Intención con CropLife para cooperar en una amplia gama de áreas, como parte de la Estrategia de Participación del Sector Privado de la agencia. “La profundización de la colaboración de la FAO con CropLife International contrarresta directamente cualquier esfuerzo hacia la prohibición progresiva de los plaguicidas altamente peligrosos, según lo recomendado para su consideración por el Consejo de la FAO ya en 2006”, dice la carta.
Las organizaciones también subrayaron que la asociación, que ha estado en vigor durante más de un año y medio, “socava el apoyo de la FAO y varios Estados Miembros a la agroecología, un enfoque que ofrece propuestas viables y sostenibles para generar sistemas alimentarios y agrícolas de base ecológica sin el uso de plaguicidas tóxicos”.
La carta señalaba que el propio proceso de diligencia debida de la FAO indica que las empresas involucradas en abusos contra los derechos humanos pueden ser excluidas de posibles socios. Las organizaciones afirman que “el uso de plaguicidas peligrosos es inconsistente con los derechos humanos protegidos por las Naciones Unidas a: la salud, un medio ambiente limpio, saludable y sostenible; condiciones de trabajo seguras; alimentación adecuada; agua potable limpia; una vida digna; y los derechos de los pueblos indígenas, las mujeres, los niños, los trabajadores y los campesinos que trabajan en las zonas rurales”.
“ La FAO debería privilegiar las asociaciones estratégicas con grupos de la sociedad civil y movimientos sociales e indígenas en lugar de las transnacionales de CropLife, que lucran con plaguicidas altamente peligrosos que causan daños graves a la salud y ambiente en México y América Latina” declaró Fernando Bejarano, coordinador de la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (RAPAM), uno de los signatarios de la carta, al igual que organizaciones de la Red Internacional de Plaguicidas en América Latina (RAP-AL), del Movimiento Agroecológico Latinoamericano (MAELA), FIAN e individuos de algunas universidades y centros de investigación, entre otros.
Además, un informe titulado “Abordar el conflicto de intereses y la incompatibilidad”
de la Asociación de la FAO con CropLife International“, que detalla la necesidad de poner fin a lo que la sociedad civil y los pueblos indígenas llaman la “Alianza Tóxica” entre la FAO y la industria de plaguicidas, fue presentada al Consejo de la FAO por 11 organizaciones mundiales que encabezan la campaña. Además de PAN Internacional, FIAN Internacional, la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes (IPEN), El Consejo Internacional de Tratados Indios, la Alianza por la Soberanía Alimentaria en Africa, La Red del Tercer Mundo, la federación sindical mundial UITA, Pubic Eye, IATP, y Amigos de la Tierra.
También se entregó a la FAO y a los Estados miembros otro informe titulado “Captura corporativa de la FAO: la influencia cada vez más profunda en la gobernanza alimentaria mundial”, que presenta la asociación con CropLife como uno de los estudios de caso, que analizaremos con mayor detalle en próximos comunicados.
Enlace al kit de herramientas de redes sociales: https://docs.google.com/document/d/1Py2xdyXvD6A0916At0N7sFYKn_vLiXYgvml6fOT1_xk/edit
Enlaces a la carta al Consejo de la FAO
Inglés: https://bit.ly/LetterFAO2022
Español: https://bit.ly/CartaFAO2022
Enlace al informe informativo para los Estados miembros de la FAO: https://bit.ly/ToxicAllianceBrief